A mi me gusta la organización. Todo es más fácil, más relajado y desenvuelto.
Todo se resuelve a tiempo y el corre corre se disminuye de manera considerable.
En mi aula todos somos un solo coro, y como todo coro unido siempre
buscamos el bienestar y la buena onda en el aula. Hace poco notamos que muchos
de nuestros compañeros perdían puntos por tardanza en la entrega de los trabajos
y en el cumplimiento de los plazos. Aunque algunos eran por pura vagancia, a
otros simplemente se les olvidaba, aún habiendo tomado apuntes. Todo se resolvió
cuando la secretaria del comité propuso la idea de hacer un calendario de
estudio.
Hicimos una colecta y compramos un pizarrón de plástico y marcadores.
Dividimos en siete columnas y siete filas el pizarrón. En la parte superior
colocamos los días de la semana y en la columna de la derecha las siete
materias que cursamos (esto según el número de materias que curses).
Subdividimos los pendientes por colores. Los rojos eran los de mayor
calificación y urgentes (20 puntos o mas). Los azules eran los que se harían en el cuaderno o pequeños ensayos (entre los 10 y 20 puntos) y los negros eran
tareitas de menor rango (de uno a 10 puntos).
Cada lunes, Alba, la secretaria del comité, colocaba los pendientes de la
semana, cosa que a nadie se le olvidara ningún deber. En el caso de la columna
que le pertenecía al domingo, escribíamos los pendientes del lunes entrante
para evitar que el ´finde´ nos agarrara desprevenidos.
Lo mas cool del asunto era que hasta los profesores se asomaban a mirar el
calendario para cerciorarse. Pero sí les doy un consejo a los necios del curso; no intenten borrar o cambiar fechas por que los profes no son bobos, ellos ya se saben esos
truquitos.